La Agonía de la Economía Real

Consecuencias del Experimento Libertario

En el Aula Magna de la Facultad de Medicina un académico explica a sus alumnos la extraordinaria complejidad biológica del ser humano. Describe con maravillosa precisión el conjunto de interacciones del organismo y advierte como este se defiende y reconfigura una y otra vez frente a los estímulos externos o internos que puedan afectarlo. Frente a un ataque que podría dañarlo, genera anticuerpos para enfrentar la contingencia y superarla. El auditorio le escucha embelesado. El profesor concluye su clase magistral afirmando que el cuerpo humano es tan preciso que no requeriría atención medicinal alguna, ya que tiene en su propia configuración todas las herramientas biológicas para compensar sus deficiencias orgánicas. Los remedios solo alteraría el curso natural de las cosas.

Uno de los alumnos levanta la mano y pregunta con ingenuidad: “¿Pero, si el sistema orgánico empieza a funcionar mal y no intervenimos, que sucederá?”.

El profesor lo mira con severidad y sentencia: “Pues si el organismo no es apto para solucionar su problema, lo que pasará es que la naturaleza seguirá su curso, y el individuo morirá. Subsistirán, eso sí, los más aptos, y eso será bueno para la especie que se fortificará y será más resiliente gracias a la eliminación de estos especímenes más débiles”.

Imaginemos que una teoría parecida triunfara intelectualmente y se abandonaran los cuidados médicos, dejando simplemente que sea la naturaleza la que defina el curso de los acontecimientos. Probablemente en unos cuantos años la humanidad se vería reducida a un puñado de individuos de una resiliencia extraordinaria.

Obviamente la anécdota es ficticia, y la idea no me pertenece, me la transmitió un economista amigo, Eduardo, a quien le agradezco la metáfora, porque me resulta muy ilustrativa. Me decía él que en su profesión había quienes actuaban como el académico del cuento. Para ellos el cuerpo social disponía de un arsenal mágico de aptitudes que ordenadamente, a través del accionar de la “mano invisible” del mercado, generaría riqueza y la distribuiría equitativamente, a través del mecanismo que llamaban “efecto derrame.

La aplicación a rajatabla de una teoría semejante, por fuerza conduce a resultados nocivos. Desigualdad social, distribución de riqueza inequitativa y grandes masas de personas desahuciadas, marginales, y para las cuales la mera subsistencia supondrá una hazaña diaria monumental.

En buena parte del mundo las ideas económicas, que no son otra cosa que desarrollos teóricos, han encontrado adeptos que profesan hacia ellas una devoción religiosa, casi fanática. Llegan al extremo de exaltar el valor de la teoría pura, que parece ser más importante que la realidad concreta. Es el triunfo de la planilla de Excel por sobre la dignidad intrínseca de la persona humana.

Los postulados adquieren dimensiones de dogma y no importa que lo real, lo que vemos que sucede, contradiga al modelo. El problema es de la realidad que se niega testarudamente a ajustarse al diseño teórico.

La discusión sería baladí, si no fuera por las consecuencias concretas que la aplicación irracional de estas políticas implica para las personas de carne y hueso que integran la sociedad. Creo que, a muchos de estos intelectuales se les escapa una verdad incontrastable, que debiera ser el horizonte conceptual de toda ciencia social:

El objetivo esencial de la economía debería tener como elemento central el bienestar general del ser humano y no la mera generación de riqueza.

Tengo la sensación de que, por el contrario, en la discusión económica que nos llega a través de los medios de comunicación, el gran ausente es el ser humano, ese hombre o mujer de carne y hueso que diariamente convive en sociedades cada vez más superpobladas. Esas personas concretas son las grandes marginadas a la hora del tratamiento de la argumentación de los profesionales de las ciencias económicas.

Los economistas profetizan. Son los modernos augures que todo lo saben y todo lo explican, sin hacerse jamás cargo de las consecuencias de sus teorías.

Carta abierta a los gurús de la economía que nos tratan de imbéciles” es el título de un magnífico libro en el que Bernard Maris, el Oncle Bernard de la célebre revisa Charlie Hebdo, quien falleciera asesinado el 7 de enero del 2015 en un trágico ataque terrorista acaecido en París. Allí pone de manifiesto las debilidades conceptuales de muchos de estos gurús que se empoderan del escenario mundial y pontifican, mientras en el fondo lo que hacen, consciente o inconscientemente es sustentar políticas económicas que fomentan la concentración de la riqueza en pocas manos y cuestionan severamente a todo aquel que pretenda introducir criterios más humanos y equitativos en materia de distribución de esa misma riqueza.

Para ellos, la persona humana singular, es tan solo un número, y sus padecimientos irrelevantes a la hora del análisis económico. La idea es simple. Hay que dejar que la economía fluya sin interferencias, ella misma, como por arte de magia, acomodará su propio ecosistema. Todo lo que sobre, sencillamente desaparecerá. El objetivo es lo que importa, el pecio a pagar para lograrlo, no tiene importancia alguna.

Experimento Libertario

En ninguna parte del mundo hay una aplicación práctica tan dogmática y cruel de estos postulados económicos como en la actualidad en la República Argentina.

Se trata de lo que se ha dado en llamar el Experimento Libertario.

Los liberales de antaño creían en un estado pequeño, pero eficaz y dedicado esencialmente a atender cuatro grandes temáticas: Educación, Seguridad, Salud Pública y JusticiaEso no se discutía.

Hoy los libertarios consideran al Estado un mal en sí mismo, y propician su destrucción. Lo dicen sin tapujos. El presidente Javier Milei se auto rotula como “un topo dentro del Estado, cuya misión es destruirlo”.

Es por eso que el actual programa de ajuste tiene características novedosas. Antes se decía que las restricciones presupuestarias y el ordenamiento fiscal imponían la necesidad de aplicar recortes de partidas en determinados gastos públicos. Los libertarios hoy sostienen que el Estado tiene que tender a desaparecer, y con ello se solucionarán todos los problemas.

Consecuentes con esta línea de pensamiento han procedido salvajemente a desfinanciar de manera brutal todo el sistema de educación y salud pública. Lo hacen con saña, con desprecio y desaprensión contra aquellos que forman parte de estos cuadros sociales.

¿Quiénes son la casta?

Un eslogan de campaña, “destruir la casta” ha sido utilizado para crear enemigos a los que hay que aniquilar.

Veamos quiénes son la casta que el gobierno intenta destruir con su programa económico:

  1. Los jubilados. El grueso del ajuste fiscal pasa por una reducción tremenda de sus haberes y beneficios sociales. Se les ha quitado una parte importante de los remedios que recibían, y la compensación del bono jubilatorio ha permanecido sin modificaciones en su monto nominal desde el inicio de este gobierno con el consiguiente deterioro de su poder adquisitivo. Por si fuera poco, si se atreven a protestar por la situación miserable en la que se encuentran, son reprimidos impiadosamente. Y si al Congreso de la Nación se le ocurre la idea de sancionar leyes para mejorar la situación previsional, el veto presidencial se esgrime con furia. Adjunto informe de la televisión alemana DW-Deutsche Welle sobre la situación de los jubilados en nuestro país.
  1. Los asalariados. Su situación es angustiante por la presencia ominosa de una triple amenaza. Muchas fuentes de trabajo a lo largo y a lo ancho del país están cerrando sus puertas y se tiene un lógico temor a la pérdida del empleo, que hoy ya figura como una de las preocupaciones más serias de muchísimos trabajadores formales. Además el incremento de las tarifas públicas, medicamentos y educación privada, le han impuesto la obligación de imputar un porcentaje cada vez más grande de su sueldo a estos rubros, quitándole capacidad de ahorro y dificultando “llegar a fin de mes. Finalmente, la impulsión exigida por el FMI de una reforma laboral con el objetivo claro de restringir derechos laborales tendiendo a cánones que presuponen precariedad es otra preocupación en ciernes que les aflige. Infobae en un artículo publicado el 6 de febrero de este año indica que, en el primer año de gobierno de Milei, se han perdido 185.000 empleos formales, según datos oficiales.
  2. Los científicos. No alcanzo a entender muy bien la animadversión de Milei contra este colectivo social, en particular contra el CONICET. Adjunto un video donde Valeria Levi habla de “cientificidio” y explica la desastrosa situación en que se encuentra este sector.
  1. Los artistas y la cultura. Todo organismo público que ayude financieramente al cine, teatro y a la cultura en general son también víctimas de la motosierra mileísta. También aquí las restricciones ponen en riesgo muchísimos puestos de trabajo. Obviamente que los grandes damnificados no son poderosos miembros de la elite artística y cultural argentina, sino los miles y miles de anónimos trabajadores de un sector cuya contribución cultural es muy triste que les sea desconocida.
  2. Las pequeñas y medianas empresas argentinas. Las renombradas PYMES, motor esencial a la hora de contabilizar la generación de trabajo genuino, están siendo víctimas de un programa económico que las asfixia y condena a la inanición. Alta carga tributaria, apertura indiscriminada de importaciones y fuerte incremento de los costos tarifarios y de locación, son una combinación letal en su contra. El economista Hernán Letcher habla del cierre de más de 13.000 PYMES desde la asunción de Javier Milei, y nos habla de despidos masivos y situaciones de conflictos laborales graves en los primeros días de este mes de junio que resultan preocupantes. Otro informe del Presidente de la Asociación de empresarios y empresarias nacionales para el desarrollo argentino ENAC, Leo Bilanski es aún más alarmista, y nos habla de más de 16.500 PYMES cerradas.
  1. Los docentes y las universidades públicas. El gobierno nacional eliminó el Fondo Nacional de Incentivo Docente, a través del Decreto N° 280/2024. Este fondo transfería recursos a las provincias para que estas pudieran mejorar los salarios docentes. Obviamente su eliminación representó un duro golpe para el sector que, en algunos casos, fue absorbido por las jurisdicciones provinciales y en otros no. En cuanto a las universidades públicas, el mecanismo de desfinanciación fue muy severo y generó fuertes y masivos reclamos sociales que se trasladaron al Congreso Nacional. Todo intento de recomponer la ecuación financiera del sector fue vetado por el gobierno, con el consiguiente perjuicio que esto significa para las personas que lo componen.
  2. La obra pública y la construcción en general. El gobierno ha decidido unilateralmente estigmatizar la obra pública, paralizarla a niveles angustiantes, anulando inclusive todo tipo de obras de mantenimiento de la infraestructura existente con los enormes riesgos que esto implica. Además, la paridad cambiaria forzada ha generado un enorme incremento de los costos de construcción medidos en dólares que tiene herido de muerte uno de los sectores más generadores de mano de obra e impulsor de mejores condiciones de vida para el conjunto social.
  3. Las economías regionales. Están padeciendo serios problemas muchas de nuestras producciones regionales como consecuencia de la maniobra de pinzas que implican suba de costos de producción en dólares, pérdida de valor de intercambio por dólar subvaluado, presión tributaria, apertura indiscriminada de importaciones, y caída del consumo en el mercado interno. La situación afecta al azúcar y al limón en Tucumán o a la yerba mate en Misiones, sin que nadie del gobierno nacional tome nota de la situación. El impacto negativo de estas cuestiones recién están empezando a asomar, y preanuncian un incremento a corto plazo de la conflictividad social en algunas provincias argentinas. Comparto las declaraciones de Catalina Lonac, referente del sector azucarero, durante el inicio de la zafra en el 2024, puso en palabras lo que muchos sentimos: el abandono de las economías regionales por parte del gobierno nacional.En el momento de publicar estas líneas la Unión Industrial de Tucumán emitió un comunicado oficial, que adjunto a continuación, que da cuenta de la gravísima situación por la que atraviesa el sector en nuestra provincia. Refuerza y refleja con claridad lo que está pasando en la economía real.
  4. Los trabajadores de la salud pública. En una aceleración dramática de la crueldad del programa económico, el gobierno ha decidido deliberadamente también desfinanciar el sistema de salud. No conformes con ello, han decidido inclusive agraviar la actividad profesional médica, repudiando a los profesionales por exigir mejoras salariales, y recomendándoles que se dediquen a otra cosa si quieren ganar más dinero. Algo así como decir que se joroben por haber elegido una profesión mal remunerada. ¡Una locura! Esta gente es la que se encarga de curarnos, personas estudiosas, dedicadas y sacrificadas, cuyo rol social debiera ser indiscutible. Sin embargo, se los maltrata con insólito desprecio. El caso del Hospital Garrahan, al que se fueron sumado otros centros de atención hospitalaria, es emblemático. De todos los rincones de la Argentina concurren al Garrahan para ser atendidos niños enfermos de cáncer o con necesidad de trasplante de hígado, corazón, pulmón y médula ósea. Es sinónimo de excelencia sanitaria internacional y miles de vidas humanas se han salvado gracias al accionar de sus profesionales y a la tecnología de avanzada con que cuentan.

Detengo aquí la lista de damnificados que es meramente enunciativa, y no taxativa. Razones de espacio así me lo exigen. La idea central era demostrar los damnificados más visibles del programa económico.

¿Cuál es la propuesta libertaria?

Ahora bien, ¿Cuál es la propuesta que se nos hace desde el gobierno nacional para afrontar estas complejas problemáticas?

Ninguna. Solamente se nos dice que el ajuste es un proceso virtuoso que tendrá daños colaterales, pero que, en algún momento, mágicamente, todo se recompondrá cuando las fuerzas del mercado y las iniciativas personales liberadas de la opresión estatal se encaucen en una tarea productiva explosiva. En el mientras tanto suframos, que ya vendrán tiempos mejores.

Lo malo es que, a la llegada improbable de ese mágico instante revitalizador, muchas personas habrán perdido su trabajo, algunos su vida, y muchísimos habrán perdido calidad de vida.

Y todo este enorme esfuerzo social no es equivalente. Así como hay grandes sectores que sufren, los grupos económicamente más desahogados de nuestra sociedad aprovechan el dólar barato para especular en los mercados y generar enormes ganancias con el carry trade y otras inversiones bursátiles. Otros tendrán la oportunidad de viajar y alimentar economías foráneas con dinero argentino. Ninguna de estas cosas me parece mal per se, lo que me parece incorrecto es el sistema económico que lo fomenta. Los individuos simplemente responden a los estímulos que le llegan desde los estamentos gubernamentales.

Por qué las libertades económicas que promocionan con tanto énfasis los libertarios no se aplican a la hora de intervenir en el mercado cambiario, o al momento de bloquear aumentos salariales consensuados libremente entre las partes, o cuando se apela al endeudamiento serial y suicida para generar una ficción de acumulación de reservas inexistente. Allí es Estado, ese Estado que dicen despreciar, es utilizado por ellos mismo con ferocidad implacable. Todo sea para llegar a octubre con la ilusión del dólar barato y la inflación controlada.

Pasaba exactamente lo mismo en el 2001, el dólar subvaluado y la economía en deflación La inflación anual era del -1,78%. Inflación negativa, o sea deflación. Todos sabemos como terminó esa película. Carlos Maslatón, de indudable filiación liberal, pero no libertario, advierte la similitud con contundencia.

Porque la economía no puede ser un diseño alejado de lo real. Sus fundamentos básicos tienen que estar firmemente anclados en la persona humana, en sus circunstancias concretas y en la atención de sus problemáticas. Gobernar es armonizar intereses, no extinguir unos para sostener la vigencia de los privilegios de los más poderosos.

Un panorama tan desolador como el que describo, con tantos colectivos sociales seriamente afectados, ¿Por qué no se traduce en un rechazo más fuerte contra el gobierno? ¿Por qué hay encuestas que lo dan ganador en octubre?

Es un fenómeno de otra índole, que responde más a factores sociológicos que no corresponde analizar en este artículo. Pero ninguna elección triunfante corregirá las anomalías y las grietas que el modelo económico ya está generando.

Desde esta pequeña trinchera conceptual seguiré haciendo todo lo que esté a mi alcance para advertir los peligros que encierra la continuidad de este régimen económico que excluye, que odia y que margina sectores enteros de la actividad social y económica del país.

Tucumán, 27 de junio del 2025

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